observándola luego ufano, abstraido y ensimismado...
como tratando de encontrarle lado, a su caprichosa figura.
O como aquél camino de canto conformado,
que al coronar su cúspide, abre la vista;
para dejar entre ver, de pronto, aquél pueblecito pintoresco...
que tal parece como suspendido en el tiempo.
Tu descansas entre cipréses, pinos y laureles;
y te embellecen los perpetuos verdes,
con que la naturaleza por siempre te agració.
Asi irrumpes hoy en mi mente...
Mi dulce Apaneca.
Cobijada siempre con un manto de flores multicolores,
y una blanca, y fria guirnalda de niebla...
dormitando orgullosa, entre dos volcanes que callados;
te dirigen silentes, una perpetua venia.
Pues el Lamatepec y el Izalco, la bondad de tu tierra fértil franquean;
pareciendo querer robarle, las nubes al cielo;
para estamparte en un beso divino...
toda la ternura que a quien te conoce, inspiras.
Conservame perennemente en tí,
alimentada con la ilusión de mi amor;
como albergas en tu vientre, diversidad de flora y fauna;
para que asi al otro día cuando amanezca,
nos fuguemos felices para Ataco;
y veamos a nuestros hijos crecer...
Mi amada Apaneca.
Sir Galahanth
< Autor >
*Derechos Reservados*
Silvia Regina Cossío Cámara
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