Blandiendo en alto su cimitarra,
aquél sarraceno, a diestra y siniestra,
a su paso tan sólo infringía dolor;
eclipsando hasta el sol, con la sangre
que como rios, tras de si dejaba;
bajo las patas briosas de su corcel,
que desbocado solo a su orden corría.
Cuentan que allegóse un día a mi bella Alicante,
en donde la extraordinaria belleza de unos ojos verdes,
su corazón una vez y para siempre cautivaba;
su corazón una vez y para siempre cautivaba;
haciéndole amarte desde ahí en adelante,
para sembrar con amor, en tu tierra sus frutos;
que hoy crecen en mi ilusión... mi dulce Valencia.
Más resultara ser el final de ésta historia,
que en nada llega a cultivar, de aquél que la lea,
su vaga e infiel memoria;
pues no existe nada común en el sentimiento,
que cada minuto, a nosotros acompaña.
Y es que del amor... querido amigo;
jamás podrá beberse, la última gota.
♞
Sir Galahanth
<Autor>
Silvia Regina Cossío Cámara
*Derechos Reservados*
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