Los cascanueces huyen de mí,
para cantar después incesante;
como escandalizados,
al ver conmigo la parca.....
la cual desde hace mucho
es mi fiel compañera, pero igual;
no desea prestarme su total atención.
Confundiéndose a lo lejos
con un sonido triste,
que me parece son unos barritos;
como si quisiesen emular con su llanto,
toda la amargura que anida
El tiempo inflexible, se ha encargado
de erigir entre tu y yo,
con provido mutismo;
una sólida muralla,
en la cual inexpugnable
subyace y nos consume.....
nuestra artera soledad;
aprisionando nuestros pasos,
con la fuerza que encontramos
tan solo en una ciénega;
que abraza y consume
nuestras alegrías,
como muere la flor del mediodía.....
cada vez que se oculta el sol.
Elevo mis ojos al cielo,
tratando en vano
de encontrar en él un consuelo;
tal parece que mis plegarias
¿Por que Dios padre,
la maldad que existe en mi permites?,
¿Y persiste en mi alma,
la quimera de un paraíso ofrecido;
qué es tan solo una ilusión?.
Atrapado y sin salida,
otra vez en la espera me encuentro;
que la confusión que los cascanueces
proclaman, sea el presagio
de la llegada de algo bello.....
o el cambio de estación;
mientras los mejores seres que he conocido,
se consumen en míseras viviendas,
y el pudiente materialista
en su dialéctica se ufana....
sin detenerse a pensar
tan siquiera un minuto,
que existe algo más,
que puede colmar nuestra concepción.
♞
Sir Galahanth
(Autor)
*Derechos Reservados*
Silvia Regina Cossío Cámara
No hay comentarios:
Publicar un comentario